HOCHSCHILD MINING ESPERA DECISIÓN
Hochschild Mining anunció que el proceso de obtención
de permisos de la Evaluación Ambiental Modificada de la Mina Inmaculada,
ubicada en Ayacucho, sigue en curso. La compañía asegura que la expectativa
actual es que el gobierno peruano tome una decisión en el presente trimestre.
Actualmente, Hochschild Mining opera tres minas de vetas epitermales
subterráneas, dos de ellas ubicadas en el sur de Perú y una en el sur de
Argentina. ( Gestión Pág. 9 )
OCHO PROYECTOS DE SANEAMIENTO SE EJECUTARÁN EN
CORREDOR MINERO SUR ESTE AÑO
Como parte de los compromisos asumidos con las
comunidades del corredor minero del sur, el Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento (MVCS) iniciará este año la ejecución de ocho
proyectos de agua potable y saneamiento rural en las provincias de
Chumbivilcas, Espinar y Paruro, en Cusco. Su realización demandará un monto de
62 millones 830,267 soles, que permitirá dotar de servicios básicos de calidad
a más de 6,700 pobladores de los distritos de Livitaca, Llusco, Quiñota y
Colquemarca, en Chumbivilcas; de Alto Pichigua, en Espinar; y de Paccaritambo,
en Paruro. ( El Peruano Pág. 2 ) ( Agencia Andina )
LA MINERÍA INFORMAL NECESITA LEGISLACIÓN AMIGABLE
La legislación en Perú, permite que la concesión
minera mínima abarque 100 hectáreas, pero cientos de ellas están décadas sin
tocarse, es decir, no se hace ningún trabajo de exploración, señaló a Correo el
ex ministro de Energía y Minas, Rafael Belaunde. “Son pocas las grandes
empresas que tienen esas concesiones y las mantienen por años sin tocarla
porque pagan muy poco para conservarlas", agregó. En ese sentido,
recomienda ajustar la legislación, principalmente para reducir la extensión de
las concesiones, quizá a un mínimo de 1 hectáreas, tal como pasa en Canadá y
Alaska. Además, prosiguió, se debe encarecer la vigencia de las concesiones, es
decir, por cada año que se mantengan intacta se debe pagar un monto más alto. (
Correo Pág. 12 )
TURBIOS INTERESES
Si nos atenemos a la "plataforma de lucha"
de este 4 de enero, todos los puntos persiguen objetivos sobre los cuales no
hay cómo negociar o instalar una mesa de diálogo. La agenda es netamente
política: desestabilizar al gobierno imponiendo el caos y el vandalismo en las
calles. Quienes organizan y azuzan las movilizaciones son justamente aquellos
que han perdido el poder del que gozaban con Pedro Castillo instalado en
Palacio, los que están detrás de oscuros intereses y poderes fácticos, como la
minería ilegal, las mafias detrás de los grandes proyectos mineros del sur del
país o el narcotráfico. Y, cómo no, grupos radicales de izquierda que confluyen
con algunos exconvictos de Sendero Luminoso, hoy libres en las calles, buscando
lo mismo que perseguían décadas atrás. Es decir, sembrar la violencia, generar
inseguridad en la población y así deslegitimar nuestra democracia, mejor si con
cadáveres de por medio para poder culpar a las Fuerzas Armadas y policiales que
tienen el deber de defender el Estado de derecho. (
Perú 21 Pág. 4 )