EL INFIERNO DESDE ADENTRO
La noche del domingo 2 de
julio, el ‘Chino Pirca’ recibió una llamada que le heló la sangre. Su jefe, un
ayacuchano recio cuyo nombre verdadero nunca supo (solo pedía que lo llamen
capataz), buscaba verlo "de inmediato" en el bar Gloria, el menos
llamativo del sector Tres Fronteras, en las arenas de La Pampa. Dos semanas
antes, ‘Chino Pirca’ lo había conocido en ese mismo local a través de un
mototaxista que lo introdujo en este submundo de minería ilegal y prostitución,
enclavado en lo que alguna vez fue un bosque de Madre de Dios. El ayacuchano lo
contrató como jornalero en una de las pozas de extracción de oro que él
controlaba.Por cada gramo de oro hallado el ‘Chino Pirca’ recibía el 30% de su
valor en el mercado.Tres Fronteras está ubicado a más de dos horas en moto
desde el kilómetro 105 de la carretera Interoceánica, en dirección a la Reserva
Nacional de Tambopata. Hasta hace pocos días, al menos 200 construcciones de
madera y plásticos formaban la única calle -es un decir- de este sector. En la
mayoría de estas funcionaban prostíbulos, hostales o bares, casi a los bordes
de los enormes cráteres de óxido y barro de donde se extrae el oro. Unos pocos
predios, los más alejados, eran bodegas, talleres o puestos de comida.Todo se extendía
entre cientos de árboles talados sobre el arenal rojizo y contaminado por el
mercurio.Tres Fronteras era una réplica de lo que hasta inicios de año fue
Zorro Valencia, otro sector de La Pampa situado a 15 kilómetros de la carretera
Interoceánica. ( El Comercio Pág. 10 )