SOLICITAN REUNIÓN CON MINISTRA DE CULTURA POR ELIMINACIÓN DEL CIRA
Los representantes de diversas instituciones, grupos organizados de la sociedad civil y ciudadanos han firmado una carta abierta dirigida a la titular del Ministerio de Cultura (Mincul), Leslie Urteaga, solicitando una reunión de trabajo colectiva sobre la propuesta de reglamento de la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación. Ello debido a que la propuesta legal, entre otras disposiciones, plantea la eliminación del certificado de inexistencia de restos arqueológicos (CIRA). ( República Pág. 14 )
MIENTE, MIENTE, QUE ALGO
QUEDA
Por Marcial GarcÃa, socio de
Impuestos de EY Perú. Aunque hay quienes ponen en duda su autorÃa, la frase que
sirve de tÃtulo a este artÃculo suele ser atribuida a Joseph Goebbels, el
fanático ministro de Propaganda del Tercer Reich y precursor de las ‘fake news’
de hoy, que impuso una polÃtica basada en el engaño, la polarización y las
consignas de miedo para sostener el régimen nazi y desacreditar a sus
adversarios. Esa misma estrategia de mentir descaradamente para hacer que algo
falso sea tomado como verdadero está siendo utilizada con gran eficacia en
nuestro paÃs por un grupo de activistas y algunos sectores de izquierda para
confundir a la ciudadanÃa y generar un rechazo generalizado hacia la minerÃa
por razones ideológicas o agendas polÃticas. Una de las falsedades que más
repiten es que las empresas mineras pagan pocos impuestos y muchos tienen por
cierta la afirmación, pese a que la evidencia dice todo lo contrario. Con ese
cuento alimentan la resistencia que enfrenta esta actividad en diversas
regiones. La realidad, sin embargo, es que la carga fiscal de la minerÃa es
bastante mayor que la del resto de sectores económicos. Las empresas mineras no
solo están sujetas al impuesto a la renta corporativo, sino también a las
regalÃas, al impuesto especial a la minerÃa, a los aportes por regulación, al
fondo de jubilación minera, entre otros cobros, que en conjunto pueden llegará
superar el 50% de sus utilidades. ( El
Comercio Pág. 10 )